Los antiepilépticos son fármacos que se utilizan para el tratamiento de la epilepsia. El objetivo de dicho tratamiento es prevenir la aparición de crisis, manteniendo una dosis eficaz de uno o más antiepilépticos. Se requiere un ajuste cuidadoso de las dosis, empezando con dosis bajas que se aumentan poco a poco hasta que se controlan las crisis o aparecen efectos adversos importantes.
En determinadas circunstancias es necesario el tratamiento con dos o más antiepilépticos, aunque esto debería reservarse para cuando la monoterapia con fármacos alternativos adecuados no surtiera efecto.
El tratamiento combinado aumenta la toxicidad y, además, pueden ocurrir interacciones entre los antiepilépticos.